El arte de escuchar según la sabiduría oriental

Se dice frecuentemente que para vender un producto o servicio es importante ser capaz de convencer, persuadir y de comunicarnos correctamente, lo cual estoy de acuerdo. Sin embargo noto que muchos comerciales toman esto como una señal de que les es permitido “hablar” hasta por los codos (como decimos en mi país, México) y pasan por alto la importancia de escuchar con la debida atención a sus clientes para poder conectar mejor. 

Viví doce años en Malasia, además del idioma local – bahasa malay – la mayoría de la gente habla inglés y mandarín. Aunque yo no aprendí mandarín, mis hijos sí lo estudiaron desde muy pequeños. Dentro de los varios caracteres que estudiaron uno en particular me llamó mucho la atención: escuchar. Y me doy cuenta de que esta acción es una gran virtud.

Este 聽 es el carácter Chino de “escuchar” que a su vez está compuesto por otros símbolos que en conjunto le dan significado a la virtud de “escuchar” según la sabiduría oriental.

El primer tercio vertical de izquierda a derecha significa: “oído” Conocemos la frase de que “tenemos dos orejas y una boca, hay que usarlas en esa proporción”, pero muchas veces se nos olvida este principio.

La parte superior derecha significa: “ojos” escuchamos con todos los sentidos, no sólo los oídos. Para poder activar las neuronas espejo y empatizar mejor, tenemos que ver a la persona y observar su lenguaje no verbal.

La parte central derecha significa “concentración”; escuchar es selectivo y requiere dar toda nuestra atención a nuestro interlocutor como si fuera el rey – parte inferior izquierda.

La parte inferior derecha significa “corazón”; sólo escuchando con el corazón podremos conectar con la otra persona.

Desde que conozco esta connotación al verbo escuchar, la he puesto en práctica dándome muy buenos resultados. Para mí, es una de las mejores maneras de conectar con mis clientes y personas en general, otorgándoles mi completa atención para poder conocer sus necesidades y conocer cómo la puedo apoyar.

¿Y tú, cómo conectas con tus clientes? ¿Les dedicas la atención necesaria para conocerlos y que se sientan escuchados?

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